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¿POR QUÉ PRIORIZAR LA SALUD MENTAL EN EL TRABAJO?

Desde 1992 la Federación Mundial de la Salud Mental (WFMH, por su sigla en inglés) estableció el Día Mundial de la Salud Mental a celebrarse el 10 de octubre de cada año, su propósito, crear conciencia sobre los problemas de salud mental en todo el mundo y movilizar esfuerzos en apoyo a la misma. 

Para este año 2024 la Organización Mundial de la Salud, OMS, estará impulsando el tema “Es tiempo de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo” destacando la importancia de fortalecer los espacios de trabajo para que sean seguros y saludables, a fin de que puedan actuar como un factor protector para la salud mental de las y los colaboradores.

Lo anterior, es posible lograrlo a través de identificar y evitar condiciones insalubres, discriminación, liderazgos tóxicos, la exposición a riesgos de acoso y otras malas condiciones de trabajo, como es el caso de una comunicación interna carente de asertividad y empatía, aspectos que afectan la participación eficiente de las y los colaboradores en el trabajo y en consecuencia impactando negativamente la productividad de las organizaciones.

En México, aún se observa el estigma y la falta de concienciación sobre la salud mental, es visible observar cómo persisten barreras para abordar la salud mental en el lugar de trabajo, independientemente de la existencia de la Norma Oficial Mexicana (NOM) 035-STPS-2018, que entre sus propósitos está identificar, analizar y prevenir factores de riesgo psicosocial.

Como psicólogo por la Universidad Nacional Autónoma de México, con estudios de neurobiología del comportamiento, no puedo estar más que de acuerdo con la temática que la OMS ha considerado para este año.

Mi consideración anterior la sustento en mi desempeño como terapeuta cognitivo conductual, pues observo en mi consultorio un creciente número de personas con trastornos de ansiedad, ocasionado en gran medida por el distrés laboral; dicha condición es una respuesta negativa y perjudicial del cuerpo ante situaciones que sobrepasan nuestra capacidad de adaptación en la vida diaria de las personas.

De igual manera se ha incrementado el número de mis intervenciones en las organizaciones para brindar talleres, conferencias, capacitación, sobre inteligencia emocional, gestión de emociones, gestión de la ira, fortalecimiento de habilidades blandas, que permitan atender el malestar emocional de las y los trabajadores, ocasionado principalmente por liderazgos inadecuados que no gestionan adecuadamente sus emociones, incidiendo en no capitalizar los errores de sus colaboradores, no inspirarlos a través de una comunicación asertiva y una escucha empática. 

Los tiempos actuales son particularmente complejos en buena medida por la reciente pandemia ocasionada por la enfermedad del Covid-19, por lo que se requiere que los directivos y principalmente los responsables de las áreas de recursos humanos comprendan que los problemas de salud mental de las y los colaboradores tienen un impacto directo en el ausentismo, la baja productividad, aumento de los costos de atención médica, una alta rotación de personal, que terminan afectando los objetivos del negocio.  

Actualmente 300 millones de personas en el mundo viven con depresión y cerca de 800 mil individuos se suicidan al año.

Para el caso de México, de acuerdo con el Informe Mundial sobre las Drogas 2022, publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, la UNODCE, por su sigla en inglés, en una década, el consumo de sustancias psicoactivas se elevó 26% en nuestro país, basado en datos de 2010 a 2020. A esta problemática, se suma un incremento del 25% en la prevalencia de ansiedad y depresión reportada por la Organización Mundial de la Salud en junio de 2022.

Datos del Observatorio Laboral de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social revelan que en México sólo 2 de cada 10 mexicanos que tienen un problema de salud mental buscan atención especializada y lo hacen en un lapso de entre 4 y 12 años después de manifestar los primeros síntomas.

Por lo anterior, no debemos descuidar la salud mental en el trabajo, en el hogar, en los espacios de convivencia social para fortalecer el equilibrio emocional personal, que es posible lograrlo a través de una alimentación sana sustentada en vegetales, hortalizas, carnes blancas, semillas, la debida hidratación diaria, el ejercicio aeróbico diario, dormir entre 7 u 8 horas, así como cuidar las redes sociales de apoyo, y por supuesto, acudir al psicólogo, psiquiatra o con el especialista de salud regularmente.  

Psicologia en Terapia Cognitiva
11/oct./2024

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