Con la finalidad de sensibilizar a la población acerca de la importancia de dormir bien, el viernes anterior al equinoccio del marzo se conmemora el Día Mundial del Sueño.
El evento es promovido cada año por la Asociación Mundial de Medicina del Sueño (en inglés WASM: World Association of Sleep Medicine) y otras organizaciones relacionadas con el sueño.
Los seres humanos pasamos un tercio de vida durmiendo. Nuestro ciclo circadiano corresponde a los cambios naturales físicos, mentales y de comportamiento que experimenta nuestro cuerpo en un periodo de 24 horas por el día y la noche.
Nuestra retina capta la intensidad luminosa transmitiendo esta información mediante el nervio óptico al núcleo supraquiasmático que está compuesto por un conjunto de neuronas que envían la señal a la glándula pineal que libera melatonina que da la señal de que es hora de dormir y el ritmo cardiáco disminuye, así como la respiración, descendiendo nuestra temperatura corporal.
Durante el sueño se presentan dos etapas ligeras y dos profundas, la primera fase es de adormilamiento, las segunda fase es de sueño ligero, la tercera y cuarta fase corresponden al sueño profundo para dar paso a la fase REM, el sueño paradójico con gran actividad cerebral.
Cuando dormimos de manera profunda, el líquido cefalorraquídeo (LCR), con ayuda de ondas lentas de actividad eléctrica, se encarga de "limpiar" nuestro
cerebro y evita que las células cerebrales se dañen. Científicos de la Universidad de Boston señalan que este proceso desempeña un papel clave en la prevención de enfermedades neurodegenerativas como el
Alzheimer.
"El sueño es muy importante para eliminar los
productos de desecho metabólico tóxico del cerebro", señala a
Scientif American Laura Lewis, que ha dirigido el estudio, publicado en la revista
Science.
Las personas con enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer, tienen menos ondas cerebrales lentas y son más débiles, indica Lewis. "Por lo tanto, podríamos esperar que también haya menos ondas y más pequeñas de líquido cefalorraquídeo en las personas con estos trastornos, algo que podría tener un impacto en la forma en que se eliminan los productos de desecho".
Durante el sueño no REM,
las neuronas "se callan" y eso implica que no necesitan tanto oxígeno. A su vez, esto provoca que fluya menos sangre al cerebro. Cuando se reduce el volumen de sangre en el cerebro, el LCR fluye para llenar ese espacio.
Dormir adecuadamente beneficia nuestra salud física y mental.