Beneficios de la terapia cognitiva conductual

Es la orientación psicoterapéutica que ha recibido mayor evidencia empírica y de efectividad en una gran diversidad de problemas y trastornos psicológicos durante las últimas tres décadas. 

Este hecho ha generado una creciente amplitud de sus ámbitos de aplicación por su capacidad para resolver problemas, además de ser una forma rentable en términos de beneficio costo al tratarse de intervenciones de tiempo limitado.

Esta terapia aglutina un amplio cuerpo de técnicas, terapias y procedimientos de intervención psicológica muy heterogéneos a fin de atender los diversos problemas y trastornos psicológicos que afectan al individuo en su interacción con diversos contextos, pero también permite el desarrollo y optimización de las potencialidades y habilidades del individuo favoreciendo su adaptación al entorno y el incremento de la calidad de vida.

La Terapia Cognitivo Conductual tiene entre sus objetivos modificar las cogniciones (lo que pensamos) para cambiar lo que sentimos y la conducta, es decir, lo que hacemos. Modificando los pensamientos negativos, dañinos o aquellos que no son adaptativos para nosotros procurando generar sentimientos y pensamientos más positivos. Para lograr lo anterior, se lleva a cabo una Activación Conductual centrada en el análisis funcional de la conducta, para lo cual es necesario:

-  Identificar la relación entre la conducta y el ambiente. 

-  Identificar los valores y programar las actividades para tratar el problema. 

-  Actuar con base en las metas, no en “sentimientos”. 

- Las metas deben ser acotadas (pequeñas). 

- Generar perspectivas de solución a los problemas identificados, para dar certidumbre. 

- Abordar las percepciones y desactivarlas de quiénes tienen la percepción de que se “está fingiendo” con el problema que experimenta el paciente. 

-  La actuación del terapeuta es similar a la de un entrenador.

El propósito es obtener toda la información necesaria sobre el problema objeto de la consulta mediante preguntas guiadas, cuestionarios, test y registros con el propósito de indagar el origen del problema y el tiempo en el que se ha mantenido. La duración de esta fase depende del paciente, el problema u otras variables. Suele variar de dos a cuatro sesiones.

Se explica al paciente, o bien a los padres o tutores del menor, el porqué de su problema, cuáles son los factores que han determinado o influido en la aparición del conflicto y cuáles lo mantiene, esto determina los objetivos a conseguir dentro de la terapia. También se podrá especificar en qué consiste el tratamiento, las técnicas o recursos necesarios a implementar. Suele durar una sesión.

 

Las técnicas empleadas se adaptan a la problemática particular, se enseña al paciente los recursos que le ayudarán a obtener nuevos conocimientos, habilidades, formas alternativas de actuar, a fin de que contribuyan a que el paciente identifique la resolución o manejo de su conflicto. 

Estas nuevas estrategias le brindarán al paciente nuevas formas de pensamiento o actuación. 

Para el buen aprendizaje será necesario el entrenamiento a través de tareas específicas entre sesiones. De esta forma se obtiene más información acerca de lo que siente, piensa la persona y la razón de su conducta. Las sesiones son semanales, posteriormente serán quincenales y mensuales. La duración de esta fase está en función del problema, el ritmo de cambio del paciente, la motivación. Puede implicar de 3 a 8 meses.

Corresponde a monitorear que el paciente tiene todos los recursos necesarios y hace uso de ello para el manejo de su conflicto y muestra que puede gestionarse solo ante la situación por la cual se requirió la intervención. 

Ante las posibles recaídas o bien nuevas problemáticas que pudieran suscitarse que requieran de nuevos aprendizajes, es deseable visitas de 3 a 6 durante el año.

 

La psicoterapia es un tratamiento de colaboración basado en la relación entre una persona y el psicólogo. 

Su base fundamental es el diálogo que proporciona un ambiente de apoyo que permite hablar abiertamente con un objetivo, neutral e imparcial.

Mi compromiso es el de respetar y adherir a los principios establecidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos. En particular, respetar la dignidad y el valor de todas las personas y el derecho a la privacidad, confidencialidad, autodeterminación, diversidad y autonomía. Así mismo, respetar las diferencias individuales, culturales, de género, etnia, religión, ideología, orientación sexual, condición socioeconómica, u otras.